sábado, 14 de junio de 2008

Judicial


Ayer arribaron al puerto
Tripulación del Betty C, aseguró desconocer el origen del flagelo
Manta.- EM
Fue Alexis Lucas, uno de los tripulantes que hacía guardia quien anunció el flagelo en el cuarto de máquinas del pesquero atunero Betty C, de propiedad del croata Ivo Cuca, que se incendió y se hundió el domingo pasado.
El dato fue confirmado por cinco de los pescadores, incluido el capitán Alejandro Alfonso Cifuentes, en su declaración al Departamento Jurídico de la Dirección de Manabí y Capitanía del Puerto, ayer a las 09h00, después de su arribo a las 05h20.
Los 19 tripulantes del Betty C que se incendió en las coordenadas 03°, 24 Sur y 85°00 Wester, llegaron a bordo del también pesquero atunero Yelisava de la misma compañía. En el día del percance, después de permanecer varias horas en una de las pangas del buque hundido, los pescadores fueron rescatados por el barco Reina de Mar.
Cifuentes aseguró que después de la alerta del incendio, la tripulación hizo lo posible por combatir el fuego, pero todo fue inútil, después que el flagelo tomó fuerza. “El barco cuenta con todo lo necesario y cada uno de los tripulantes está capacitad para afrontar este tipo de situaciones en el mar, pero el caso fue complicado”, explicó.
El pescador de 47 años con quince de experiencias en el mar mencionó que, después de observar que el incendio era imposible de apagar, ordenó tomar lo necesario para ponerse a buen recaudo y es por eso que todos salieron ilesos.
Foto: Alexis Lucas, residente de la ciudadela La Aurora, fue quien dio la voz de alerta del incendio que se originó en el cuarto de máquina del Betty C. El braco se quemó y se hundió.

Alexis Lucas
Hicimos los posible por apagar el incendio
Alexis Lucas, residente de la ciudadela La Aurora, fue quien observó el inicio del flagelo en el pesquero y quien dio la voz de alerta al capitán. El pescador aseguró que el incendio en el cuarto de máquinas inició a las 07h00, cuando ya se alistaban para desayunar.
“Sólo se observaba humo en el interior del barco y el capitán ordenó cerrar las compuertas para combatirlo. Utilizamos los extintores, pero cuando pensamos que todo estaba controlado, el incendio tomó mayor fuerza”, refirió le pescador.
Aseguró que se hizo de todo para combatir el flagelo e incluso se utilizó de sustancias especiales para combatir el denominado incendio de tercera clase (combustible y electricidad), pero todo fue envano.
“Nunca pudimos saber a ciencia cierta qué originó el incendio por que todo se dio en el cuarto de máquinas y allá la oscuridad era absoluta. Cuando el capitán se dio cuenta que el barco estaba en peligro ordenó alistar los suficiente para ponernos a salvo”, explicó.
Afirmó el tripulante del Betty C, que hubo tiempo para tomar víveres, ropa y medicinas para trasladarla a una pequeña embarcación donde había capacidad para unas treinta personas.
“El barco contaba con todos los implementos de comunicación, salva vidas y otros, es por eso que después que nos alejamos pudimos estar a salvo hasta que llegó el Reina del May y nos rescató”, recordó.
Un poco contrariado por el acecho de la prensa, el pescador narró que lo primero que hizo al llegar a Manta fue ir en busca de su familia para contarles lo sucedido. “Se especuló con informaciones que no fueron ciertas, por eso el mismo día del incendio informamos para puerto, que todo estábamos sanos y salvos”, indicó.
Foto: Alezis Lucas, narra la historia del hundimiento del pesquero Betty C. Sus otros compañeros fueron breves en dar explicaciones, e incluso se negaron a dar nombres.

Capitán del Betty C
El barco contaba con todo
Para Alejandro Alfonso Cifuentes, oriundo de Guayaquil, es la primera experiencia de este tipo en plena faena de pesca. “En mis quince años de experiencias, es la primera ocasión que me sucede algo similar”, afirmó.
“Nunca dejamos de luchar para combatir el incendio, pero cada instante que pasaba el fuego aumentaba y eso hizo que todos e volviera difícil a como pasaban los minutos”, narró el capitán del pesquero hundido.
Mencionó que después de las declaraciones que diera a la Capitanía del Puerto se dirigiría a Guayaquil para ver a su familia, abrazarla y cintarle lo sucedido. “No me preocupa la situación e trabajo, eso queda en segundo plano. Ahora lo principal es ver a mi familia”, afirmó.
Foto: Alejandro Alfonso Cifuentes, oriundo de Guayaquil y capitán del Betty C, dando declaraciones en la Dirección de Manabí y Capitanía del Puerto



La tripulación
Alejandro Alfonso Cifuentes, Galo Eloy Mero Lucas, Alex Iván Mendoza Rodríguez, Jesús Eloy Mejía Chávez, Alexis Taciano Lucas Carreño, Víctor Manuel Guerrero Moyano, Richard Gonzalo Alcívar Murillo, Víctor Hugo Pico Salavarría, Pablo Salomón Chávez Lucas, Roberth Gerardo Rivera Falcón, Walter Guerrero Marrasquin,José Augusto González Arteaga, Jorge Washington López Carrera, Marcos Benito López Santos, Rolando David Zambrano Vera, Jaime Iván Loor Cedeño, José Augusto Solórzano Celorio, Eddy Javier Mantuano Benítez y Gragan Lisica Cuka.


Aseguró Franz Toledo
“Narcos” detrás de robo de motores
Manta.- EM
El interés de los motores fuera de borda de los pescadores artesanales, proviene de grupos ligados al narcotráfico, dijo Franz Toledo, jefe de operaciones del Comando de Guardacostas de la Armada del Ecuador.
Este informe lo hizo público Toledo frente a un grupo de pescadores de la Península de Santa Elena en días pasados. “El tráfico de drogas ha tomado cuerpo en el área marítima”, enfatizó
Aseguró que está claro que el interés por lo motores fuera de borda de los pescadores proviene del narcotráfico, ya que necesitan esa herramienta para transportar la droga hasta Centroamérica.
El oficial hizo un llamado para que los pescadores denuncien a los sospechosos y extraños que merodean sus comunidades.
Demandó la matriculación de motores y embarcaciones, a fin de que en las operaciones de control no se confundan los legales con los ilegales. “Es tan serio el problema de la informalidad en el sector que según la Armada de 100 interdicciones a pescadores 97 no cumplen con la ley”, dijo.

Afirmó que solo en motores sorprende saber que de alrededor de 15.000 que existen en el país solo el 47% está legalmente registrado.

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