Escasez se da por falta de legalidad del sector
Largas filas para conseguir gasolina artesanal
Redacción.- EM
En las expendedoras de gasolina artesanal de Jaramijó, de la parroquia San Mateo y de la vía Manta – Rocafuerte, se ha hecho costumbre ver filas inmensas de canecas de 11 galones por días seguidos.
Hasta allí llegan dueños de embarcaciones menores, que optan por adquirir el carburante para embarcaciones menores que realizan trabajos diarios y para viajes que van de cinco, quince y ahora hasta 25 días.
Y es que los 210 mil galones del carburante que se expende cada mes, en estas tres expendedoras apenas alcanza para cubrir un 70% de la demanda asegura Walter Quijije, dueño de una embarcación mayor y de otras siete menores que laboran en la pesca Long Line que la realizan en viajes de hasta quince días.
Igual criterio tiene Yunei Anchundia dueño de dos fibras de vidrios, naves pesqueras que salen a faenas diariamente. Según este armador pesquero para las dos embarcaciones en la semana requiere 500 galones.
Para Gabriel Egüez, principal de la Dirección Nacional Hidrocarburos (DNH), regional - Manta, los controles y distribución del carburante artesanal, que cuenta con subsidios, están enmarcados en la Ley de Soberanía Energética y la Reforma al Código Penal. Allí se especifica que el tráfico de combustible se considera un delito y se sanciona con prisión hasta por seis años.
Pero el funcionario va más allá. Define que la distribución del combustible artesanal se hace de acuerdo al requerimiento y la productividad que tiene el sector artesanal, según los informes que elabora una comisión tripartita.
Este grupo lo conforman delegados de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros, de las comercializadoras, Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras (FENACOPÉ), los que laboran con la DNH y con la Armada, para evitar el tráfico de combustibles por el mar.
“Para la distribución existen informes de legalización de embarcaciones, de necesidad y de producción. El combustible se distribuye de acuerdo al informe de embarcaciones legalizadas y en ello, los armadores tiene culpa por que no cumplen con estas disposiciones”, explicó Egüez.
El funcionario sostiene que mientras los pescadores no cumplan con las disposiciones legales de los organismos de control marítimo, los envíos del carburante hacia los necesitados serán mínimos.
“En eso también influye el acaparamiento del combustible por parte de los dueños de embarcaciones y de los revendedores. Ese es otro problema que hace que se origine este tipo de malestar para los pescadores artesanales”, replicó.
Foto: Así se observan las colas de canecas para llenar combustible artesanal en las expendedoras de Jaramijó, vía Manta – Rocafuerte y San Mateo.
Walter Quijije
Hace falta gasolina artesanal
Tengo una embarcación mayor que remolca seis fibras de vidrio de las que cada una necesita de 100 a 120 galones para viajes de quince días. La gasolina artesanal que llega a las distribuidoras no cubre la necesidad que este sector demanda.
Del tema conocen en Petrocomercial y la Dirección Nacional de Hidrocarburos, pero no hay solución y todos continuamos haciendo cola para conseguir el combustible. Los armadores tenemos que hacer colas para obtenerlos, para sí cuando lleguen nuestras embarcaciones tener listo el combustible.
Yunei Anchundia
Falta más gasolina
Yo tengo dos embarcaciones y necesito unos quinientos galones a la semana para cubrir la demanda. Este requerimiento en muchas ocasiones puede ser menor, por que depende de la productividad de la pesca.
Esto quiere decir que en algunas ocasiones no se sale a pesar y en otras se lo hace con más frecuencia. Lo que si es claro es que la cantidad de combustible que se expende no cubre la demanda que necesita este sector.
Distribución por mes
Jaramijó 60 mil galones
Vía Manta - Rocafuerte 30 mil galones
San Mateo 90 mil galones
Santa Marianita 30 mil galones
Largas filas para conseguir gasolina artesanal
Redacción.- EM
En las expendedoras de gasolina artesanal de Jaramijó, de la parroquia San Mateo y de la vía Manta – Rocafuerte, se ha hecho costumbre ver filas inmensas de canecas de 11 galones por días seguidos.
Hasta allí llegan dueños de embarcaciones menores, que optan por adquirir el carburante para embarcaciones menores que realizan trabajos diarios y para viajes que van de cinco, quince y ahora hasta 25 días.
Y es que los 210 mil galones del carburante que se expende cada mes, en estas tres expendedoras apenas alcanza para cubrir un 70% de la demanda asegura Walter Quijije, dueño de una embarcación mayor y de otras siete menores que laboran en la pesca Long Line que la realizan en viajes de hasta quince días.
Igual criterio tiene Yunei Anchundia dueño de dos fibras de vidrios, naves pesqueras que salen a faenas diariamente. Según este armador pesquero para las dos embarcaciones en la semana requiere 500 galones.
Para Gabriel Egüez, principal de la Dirección Nacional Hidrocarburos (DNH), regional - Manta, los controles y distribución del carburante artesanal, que cuenta con subsidios, están enmarcados en la Ley de Soberanía Energética y la Reforma al Código Penal. Allí se especifica que el tráfico de combustible se considera un delito y se sanciona con prisión hasta por seis años.
Pero el funcionario va más allá. Define que la distribución del combustible artesanal se hace de acuerdo al requerimiento y la productividad que tiene el sector artesanal, según los informes que elabora una comisión tripartita.
Este grupo lo conforman delegados de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros, de las comercializadoras, Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras (FENACOPÉ), los que laboran con la DNH y con la Armada, para evitar el tráfico de combustibles por el mar.
“Para la distribución existen informes de legalización de embarcaciones, de necesidad y de producción. El combustible se distribuye de acuerdo al informe de embarcaciones legalizadas y en ello, los armadores tiene culpa por que no cumplen con estas disposiciones”, explicó Egüez.
El funcionario sostiene que mientras los pescadores no cumplan con las disposiciones legales de los organismos de control marítimo, los envíos del carburante hacia los necesitados serán mínimos.
“En eso también influye el acaparamiento del combustible por parte de los dueños de embarcaciones y de los revendedores. Ese es otro problema que hace que se origine este tipo de malestar para los pescadores artesanales”, replicó.
Foto: Así se observan las colas de canecas para llenar combustible artesanal en las expendedoras de Jaramijó, vía Manta – Rocafuerte y San Mateo.
Walter Quijije
Hace falta gasolina artesanal
Tengo una embarcación mayor que remolca seis fibras de vidrio de las que cada una necesita de 100 a 120 galones para viajes de quince días. La gasolina artesanal que llega a las distribuidoras no cubre la necesidad que este sector demanda.
Del tema conocen en Petrocomercial y la Dirección Nacional de Hidrocarburos, pero no hay solución y todos continuamos haciendo cola para conseguir el combustible. Los armadores tenemos que hacer colas para obtenerlos, para sí cuando lleguen nuestras embarcaciones tener listo el combustible.
Yunei Anchundia
Falta más gasolina
Yo tengo dos embarcaciones y necesito unos quinientos galones a la semana para cubrir la demanda. Este requerimiento en muchas ocasiones puede ser menor, por que depende de la productividad de la pesca.
Esto quiere decir que en algunas ocasiones no se sale a pesar y en otras se lo hace con más frecuencia. Lo que si es claro es que la cantidad de combustible que se expende no cubre la demanda que necesita este sector.
Distribución por mes
Jaramijó 60 mil galones
Vía Manta - Rocafuerte 30 mil galones
San Mateo 90 mil galones
Santa Marianita 30 mil galones
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